Capítulo 2 - El lobo plateado: Sospecha

No estoy muy contento de la situación actual, he vuelto a los pañales.


¿Por qué? Resulta que a veces mientras duermo un duende mágico me mea la c… ahora fuera de idioteces, tuve un pequeño “incidente” mientras dormía, solo eso, no por eso debo de volver a los pañales, los cuales nunca he tenido que llevar.


Digamos que me toca llevarlos por el momento, aunque odio el hecho de tener pelo literalmente por todo el cuerpo, que si, que es calentito y todo eso, pero en algunos momentos me molesta mucho, se me quedan muchas cosas pegadas si no tengo cuidado, ya sabéis de que hablo…


Y bueno, que también, parece que los niños aquí se han cogido la costumbre de llamarme <michi>, a la señora le hace mucha gracia… Me llaman gatito cuando se ve a la legua que tengo más el aspecto de un perro.


Cada vez que lo hacen reciben un zarpazo, algunos incluso acaban sangrando, me tienen que empezar a coger algo de respeto y yo tengo que conseguir un buen nombre.


Al parecer, en el orfanato, uno recibe un nombre al alcanzar 2 años de edad, lo que supongo que será porque algunos no llegan a esa edad y no querrán encariñarse por accidente, o eso creo, porque los niños de mi edad vienen y van muy rápido, casi ni llego a entablar conversación con alguno (no solo porque apenas saben hablar y que son algo idiotas)


A final del mes sucedió algo extraño, la señora cromática cambió sus horarios, ahora venía de noche y nos dejaba a los niños solos.


Aproveché esa oportunidad para volverme un líder de masas, aunque con lo distraídos que eran… me costó, no voy a mentir, una semana para hacer que todo el mundo se centrase en mí, hasta los niños más mayores ya me empezaron a coger cierto respeto y tal.


Con ello aproveché para recopilar información del orfanato, desde ingresos hasta información del resto del lugar.


Los ingresos, según hice cuentas, eran relativamente bajos, las monedas llegadas eran pocas, bueno, es normal, si se toman la educación y el bienestar de los niños como un gasto y no como una inversión pues así va el orfanato, suponía que con el gasto en comida y las ganancias por parte de cierto inversor harían que en unos meses se cerrase totalmente.


¿Qué si me apenaba? Me molestaba el hecho de que seguía pensando que yo voy a acabar como venta para mantener el lugar, porque sigo teniendo dudas que esta mujer sea del todo trigo limpio.


Asique aproveché la información que me habían dado del orfanato, me hice un mapa mental, porque no he encontrado mucho papel desde que vine aquí, con el que me movería por el lugar sin ser detectado.


Una de las tardes, en las que no vino la señora cromática, decidí dar un paseo por la casa, con la esperanza de darme cuenta de todo lo que sucedía, no es como si me fuese a dejar vender tan fácil.


Baje los escalones, los cuales casi bajo de cabeza, y me dirigí al único lugar con luz que encontré…

Era una biblioteca, en este lugar, donde pensé que no encontraría nada, había una amplia biblioteca, con libros que parecían avanzados.


Al curiosear un poco encontré un cuento, y vi mi oportunidad de aprender a leer, osea, si ya se hablar, no debería ser muy difícil aprender a leer.


Así las horas pasaron, poco más y me hago mi tesis doctoral basado en un cuento a cerca de una rana y un vagabundo, entendí la historia por los dibujos y porque pude asimilar ciertas palabras que parecían repetirse bastante, además de seguir cierta estructura que previamente ya conocía…


Al final, podría decirse que aproveché el tiempo y aprendí ciertos rasgos básicos… me hubiera gustado seguir, pero no pude, ya escuché a la señora, dio un gran portazo en lo que yo sabía que era la puerta principal.


Ni me molesté en apagar la luz, subí a la habitación central y me metí en la cárcel infantil.


La señora ni se había dado cuenta de nada, al rato subió a la habitación e hizo lo típico, bueno, no fue tan normal, ese mismo día se llevó un niño y no volvió a aparecer.


Ahora, es normal, osea, puede que haya encontrado un hogar para el niño, aunque no soy de los que suelen sospechar a la alza.


Pero bueno, los días pasaron, yo repetí mi rutina y ella la suya, si ella no estaba en casa, bajaba y entraba en la biblioteca, leyendo cada vez libros más difíciles hasta el punto de que estaba seguro de haber aprendido a leer en el idioma arcaico que me mostraron.


Era interesante lo que leía, los libros hablaban de grandes magos, de monstruos arrolladores, héroes caídos, demonios… y lo que más me interesaba, demihumanos.


Al menos, siguiendo la descripción que vi de ellos, yo me asemejaba a uno de ellos, uno en particular, al cachorro de lobo blanco.


Curiosamente había encontrado una etiqueta aquí… ¿Cómo no voy a sospechar que me quiere hacer algo? De seguro quiere venderme.


De todas maneras, me puse a leer a cerca de ellos, que seguían un crecimiento parecido al de los humanos, pero con rasgos bastante notables, una inteligencia normalmente bajo la media, un cuerpo varias veces mas fuerte que una persona común, garras y dientes realmente duros y con un pelaje bastante suave, pero lo suficientemente duro en los adultos para poder desviar las balas.


Este hecho me encantó, tener un cuerpo lo suficientemente fuerte como para despedazar una criatura de un garrotazo, era un sueño… Aunque he de decir, que no me gusta eso de “inteligencia baja” osea, ni que fuese yo un idiota, ¿verdad?, los otros niños parecen seguir llevando los baberos cuando yo puede que me saque un máster en Chinhuan (si, es el idioma pero escrito en el nuestro, suena super raro, pero es bastante fácil)


Entre algunos datos más, encontré que era bastante raro encontrar uno, que eran buenos esclavos físicos y no se revelan contra sus amos, aparte de que les gustaba la actitud solitaria… Pero bueno, eso parece más que depende de cada persona, no lo sé, ni que me fuese a dejar yo doblegar.


Leí algunas cosas más, pero esas ya las sabía, osea, ya sé que tengo un olfato increíble y que mi velocidad y sigilo destacan entre toda la especie animal… Ya me hubieran dicho que cuando creciese me saldrían alas, era lo que me faltaba para sentirme completamente contento.


Bueno, también me puse a leer el resto de criaturas que había, muchas de ellas eran de carácter realmente peligroso pero con la etiqueta de “buenos esclavos” o de “calidad superior” (refiriéndose a que se venden bien por su carne), yo al menos solo entro en la primera categoría, supongo que mi carne sería dura de roer, por no decir que no tengo ni una gota de grasa.


Resulta que incluso pusieron un mapa de donde se podría encontrar cada una de estas especies, incluso encontré donde estaba yo… En medio de todo eso…


Osea, tengo que encontrarme entre todos los lugares feos, solo espero que el mapa sea falso, pero necesito contrastar información, ya iba siendo hora de hablar con la señora cromática.


Entonces, continué leyendo hasta que la señora volvió a casa… Hoy era raro, habían más ruidos, no era común que ella trajese gente a casa.


Yo estaba visiblemente asustado, pero me contuve… Reduje mi ritmo de respiración, me calmé de golpe y me escondí entre las sombras de la iluminada biblioteca, no me sentía cómodo en absoluto.


Escuché a la señora y lo que hacía esos ruidos hablar, su forma de hablar era desgarradora, no me traía confianza en absoluto, parecían sonidos del más allá hablando ese idioma.


Lo entendí perfectamente, estaban hablando de mí y se fueron al piso de arriba.


Yo no voy a dejar que me cojan, no pienso ser un esclavo o comida, no me lo merezco, huiré, huiré, no dejaré que me pille esa arpía y ese monstruo.


Mi cuerpo se activó ante el miedo, ni me di cuenta, mi velocidad había roto barreras del sonido, se escuchó romperse todo en el piso unos segundos después de mi pisada inicial, abrí la puerta en nada de tiempo y salí corriendo a una velocidad desgarradora.


Pa´cuando me di cuenta de la distancia, vi los cristales del orfanato todos rotos y gente gritando de miedo en el interior, me alegro, me alegro mucho, no pienso ser un esclavo.


Un tentáculo me agarró a una velocidad pasmódica… Me atravesó una pierna.


Un dolor terrible me recorrió el cuerpo, me sentía paralizado, no podía moverme, yo quería, estaba haciendo toda la fuerza que tenía dentro, no podía moverme, pero tengo que hacerlo, muévete, muévete, muévete, MUÉVETE


Conseguí elevarme un poco con el brazo, pero para entonces ya era tarde, la criatura se paró a mi lado…


- Eres un lobo muy astuto y con una voluntad increíble, creo que valdrás – Dijo.


Me congelé totalmente, esta presencia me daba mil vueltas, no podía huir de eso, daba mucho miedo, apenas vi donde se suponía que iban a estar sus pies, había tentáculos, totalmente negros y que parecían muy tóxicos…


Me desmayé de puro terror.

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